sábado, 29 de diciembre de 2012

¿Qué camino quieres?

Encontré caminando por la ciudad a dos hermanos de unos siete u ocho años. Estos chicos estaban maravillados con toda la decoración que tiene el centro de la ciudad por navidad. El brillo de sus ojos y esa sonrisa casi permanente que se mostraba en sus caras daba crédito a la ilusión con la que vivían el momento. 
Al mismo tiempo, pude observar a un hombre algo mayor, refunfuñando y molesto por verse obligado a pasear con su señora por aquellas calles. La belleza del lugar se escapaba ante sus ojos, tan sólo debido a su conducta. Terminaría el paseo y al regresar a casa habrá sentido cómo ha sido una pérdida de tiempo y esfuerzo. Lo peor de todo es que no solo él habrá sentido esto, su señora se habrá sentido incómoda y reflejará los mismos síntomas, aún sin haberlo querido.


De este modo podemos ver como la misma realidad, en el mismo momento, han sido sentidos de maneras muy diferentes por personas iguales. 
Casi a diario, puedo observar a personas que a pesar de tener todas las llaves para ser felices, no son capaces de verlo, tan sólo por su actitud. Y otras muchas que a pesar de tener muchísimas deficiencias para vivir, son completamente felices. 

La realidad es la misma y sólo en tu mano está el vivirla de forma apasionada, fantástica y divertida (como hacen todos los niños) o por el contrario, amargarte, ver como nada es de tu agrado y hacérselo ver a los que te rodean del mismo modo. 

Se trata de mantener una actitud positiva, activar los sentidos y vivir el momento. Deja que vuelen los problemas y concéntrate tan sólo en tú como persona y el fantástico mundo que te rodea. 


No hay comentarios:

Publicar un comentario