viernes, 11 de abril de 2014

Hoy no es un día más, hoy es otra oportunidad!

Desde el interior de nosotros mismo nacen las barreras que creamos para limitarnos a hacer cosas.
Nos limitamos nosotros mismos creyendo que de ese modo nuestras vidas están a salvo, pero es únicamente cuando las eliminamos cuando conseguimos ser felices.
Resulta totalmente contrario a cualquier lógica, pero es así, ser feliz cada día conlleva su trabajo de autoestima y de limitar nuestra mente ante la idea de poner barreras a todo lo que nos da miedo de una forma u otra.

Aprendí a motivarme al máximo, aprendí a ser feliz, pero me queda aún una gran lucha por delante, la más dura de todas: aprender a mantenerlo.



Cuando te encuentras centrado en un trabajo por completo, es fácil desatender tu interior, porque entre otras cosas, no te da tiempo a pensar en tu día a día ni en tus sentimientos en cada momento.

El día solo tiene 24 horas y si no dedicamos nuestro tiempo a mantenernos orgullosos de lo que hemos conseguido y afortunados de poder seguir adelante, todo lo que hagamos será en vano.

En la vida hay que priorizar y elegir constantemente. Es por ello que ante cualquier duda, la elección debe ser la más satisfactoria para nosotros mismos, sin importar que no solucione nada hoy y resulte esperanzas para el futuro. Estaremos arriesgando, estaremos saboreando la vida en estado puro.



Destruir las barreras y dejar que el peligro forme parte de cada elección. Sin peligros no conoceremos hasta dónde somos capaces de llegar, sin peligros no nos conoceremos jamás.

Hasta el más valiente siente miedo alguna vez, después le queda la satisfacción de haberlo superado.